Nostalgia de la noche pasada y mucha resaca (no solo de alcohol, sino de fiesta), porque para aquellos que no lo sepan, en la noche del jueves santo se celebra en León el Entierro de Genarín, una procesión pagana que transcurre por el Barrio Húmedo y el casco antiguo de la ciudad.
Para aquellos que no conozcan la historia, Genaro era un leones aficionado a la buena vida, al orujo, a las mujeres, a los burdeles y al tute. La madrugada del viernes santo de 1929 mientras realizaba sus necesidades en la muralla de León fue atropellado por el primer camión de la basura que tuvo la ciudad. En 1930 un grupo de cuatro personas deciden que su muerte no puede quedar en el olvido y deciden rendirle homenaje contando su historia y recorriendo los lugares que el solía frecuentar.
A Genaro se le atribuyen cuatro milagros:
1. La redención de la prostituta que le encontró muerto.
2. El gol que marcó la Cultural y Deportiva Leonesa el viernes santo, después de llevar meses sin marcar.
3. La sanación de un enfermo de riñón que orinó en el mismo lugar en el que falleció Genaro y al expulsar una piedra jamás volvió a tener dolor.
4. El castigo al ladrón de las ofrendas, los devotos de Genaro cuelgan en lo alto de la muralla queso, orujo, pan y naranja el ladrón fue a robarlo, le hizo caer y se rompió la cadera.
No siempre se ha podido realizar esta procesión ya que en el año 1957 se prohibió y no fue hasta 1977 cuando se volvió a retomar.
En la actualidad se ha hecho muy famoso y cada año son más las personas que se reúnen alrededor de los cuatro pasos y procesionan acompañando a Genarín rindiéndole homenaje bebiendo su bebida favorita, orujo.
Es una noche mágica, todos se reúnen para pasar una horas de fiesta, olvidarse de las tradiciones cristianas y celebrar algo diferente y quizás único en estas fechas. Yo os recomiendo que lo veáis, que disfrutéis de la maravillosa gastronomía leonesa (de la que os hablaré en sucesivos posts), paséis por León y os contagiéis del ambiente cazurro.
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